Los problemas de orden estructural no resueltos en los últimos 5 años, nos está llevando a una emergencia que requiere acciones inmediatas, principalmente sobre la pandemia y sus consecuencias: la crisis sanitaria y económica, y también el retorno de la educación, el desborde de la corrupción, la inseguridad ciudadana y el riesgo sísmico; en esa perspectiva abordamos una serie de reflexiones sobre estos temas.

Frente a la crisis sanitaria, se tiene que garantizar la mejora de los servicios de salud para todas las enfermedades y dejar atrás la alta mortalidad (casi 200 mil muertos a la fecha) por deficiente atención. La vacunación es, sin duda, lo más eficaz para combatir la pandemia, y debemos convocar a todos los actores sociales para lograr vacunar al 80% de la población, para así asegurar la inmunidad de rebaño, que permitirá, progresivamente, abrir totalmente la economía. Las Fuerzas Armadas deben contribuir con la vacunación en los 100 mil centros poblados, la mayoría con poblaciones pequeñas.

Un segundo aspecto consiste en desarrollar un enfoque preventivo con la reestructuración del Sistema de salud primaria, a través de las Postas Médicas convenientemente equipadas para tratamientos no hospitalarios y con disponibilidad de oxígeno, para atender tempranamente a los ciudadanos. Su servicio debe ser fiscalizado por la población a través de sus municipios, con informes vinculantes, publicados en sus portales de transparencia.

En relación a la Educación, se debe preparar el sistema educativo público para retomar las clases semipresenciales en marzo del 2022, para ello se debe completar la vacunación de todo el personal; y comenzar el saneamiento de la infraestructura escolar, en los colegios que dispongan de estructuras antisísmicas, previo diagnóstico de los colegios profesionales de arquitectos, ingenieros e INDECI; y adecuarlos para las clases de educación mixta: agua, desagüe, energía, Internet y aulas virtuales interactivas.

En relación a la reactivación económica, se deben dar créditos dirigidos a sectores específicos, con tasas de interés bajas, asegurar la estabilidad macroeconómica, y completar la propuesta de presupuesto público para el 2022, garantizando una programación de gasto eficiente, evitando el sobreendeudamiento fiscal.

Es fundamental generar un programa de empleo vinculado al desarrollo de la infraestructura y la transformación productiva; reforzando la infraestructura de los sistemas de salud y educación. Será necesario un programa de empleo temporal para asegurar la dotación de agua potable en los cinturones de pobreza urbanos. La transformación productiva de la agricultura, generaría empleo rural, se conectaría a la canasta de consumo familiar y desarrollaría el potencial de los cultivos andinos con el apoyo del Sistema de Ciencia y Tecnología, a través del desarrollo de ciencias aplicadas e innovación.

En relación a la Corrupción, se requiere apoyar el sistema de integridad a nivel regional, y mejorar el impacto de las Comisiones Regionales Anticorrupción. Es necesario asegurar la integridad de los funcionarios públicos y de las personas cercanas al gobierno de turno para evitar la corrupción. Se debe hacer seguimiento a las acciones judiciales de los Procuradores, sobre el personal denunciado en el sector público.

También reforzar el control del gasto público frente a la pandemia y las adquisiciones de emergencia, dotando de capacidad sancionadora a la Contraloría General de la República, la misma que debe mejorar su enfoque de auditorías de gestión a uno que permita determinar responsabilidades concretas (auditorías de procedimientos), y no solo hallazgos. Esto demandará especialistas capaces para dar seguimiento a estos casos.

Respecto a la seguridad ciudadana, es fundamental hacer más eficiente a la Policía Nacional, separando las tareas de una Guardia Civil de las tareas de una Policía de Investigación, que deben complementarse, con el uso de la tecnología y profesionales especializados.

También resulta fundamental retomar los simulacros de sismo, en el contexto de la pandemia. Esto nos permitirá estar preparados en caso de cualquier emergencia natural. Y necesitamos contar con un efectivo sistema de alerta sísmica temprana, que dé un margen de tiempo suficiente para prevenir a la población, como los hay en Japón y México desde hace más de 20 y 15 años respectivamente. Debemos estar preparados para la emergencia de un gran sismo.

 

Por: Eco. José Linares Gallo