Las civilizaciones prescindieron de la ciencia durante una gran etapa de su desarrollo. El conocimiento práctico era casi hegemónico. Así lo confirman los sistemas de irrigación, caminos, andenes, trepanaciones craneanas, orfebrería, arquitectura, sistema de registro y contabilidad que desarrollaron las civilizaciones pre hispánicas. Al no haber escritura no era posible el surgimiento de una ciencia formal que diera pie a un mayor desarrollo científico.

En aquellas épocas no era necesario conocer los conceptos de `torque` o `momentos de fuerza` para usar máquinas simples tal como la palanca o el remo de un bote. Así como tampoco fue necesario conocer las leyes de la termodinámica para construir el primer motor a vapor.

Sin embargo, en esta Era Digital, la Ciencia y la Tecnología, se incluyen mutuamente de una manera nunca antes vista. Como consecuencia de esto, hay una abundancia de invenciones que cubre cada uno de los aspectos humanos a la par que surgen nuevas disciplinas. La neurociencia y la neuro-tecnología son un claro ejemplo de la unidad indisoluble entre ciencia y tecnología. .